2006-06-24 4182 lecturas
Andrés Figueroa
Especial para G-80
De la Memoria al Poder
A la hora del relevo histórico y la subversión de las maneras y contenidos de las izquierdas y los populares.
A l@s rebeldes de antes, de siempre y a l@s recién amanecid@s: Es el momento justo de dar nuevos sentidos a las prácticas añosas y los hitos archirepetidos de las izquierdas y los populares si queremos de verdad potenciar el relevo histórico –generacional, estético y político- para enfrentar con éxito la pelea dura de construir el socialismo del nuevo milenio.
Esta pega titánica, querida muchachada ansiosa y exploradora, no se le puede confiar a una Concertación hegemonizada por la ultra neoliberal, más allá de las buenas intenciones –que se agradecen, claro- de partículas marginales al interior del conglomerado de gobierno que aún sobreviven con honorabilidad e inspiración popular.
Estamos seguros que si los de abajo y a la izquierda nos volvemos alternativa y fortaleza, esos pocos nobles de la Concertación darán un paso firme hacia este lado del espejo.
Qué decimos por Memoria
Pero, ¿qué significa de la Memoria al Poder? Sencillo, notables compañer@s, amig@s y simpatizantes. Se nos ocurre que para la formulación de un nuevo proyecto popular para el siglo XXI, tenemos que hacernos de las mejores experiencias del pueblo, de sus más estelares victorias, y de la memoria de los hombres y mujeres que se sacaron la cresta, incluso hasta dar su vida, para construir un Chile gobernado por l@s pobres, l@s trabajador@s, l@s Más.
Entonces la memoria no es un daguerrotipo mal pegado en el museo de las izquierdas. Es más bien la armadura amorosa, audaz y plena que nos explica el ahora y nos fortalece y canta con nosotros. Es la materia sensible y la lucha; la fibra invisible que nos explica de dónde venimos y nos alumbra el para dónde vamos. Esa es la memoria nuestra y sus caídos. Los Allende, los Enriquez, los Manuel y Lautaro, los Clotario y Recabarren, y la multitud de seres humanos –nuestros parientes directos- que se partieron el alma para bien de la humanidad en general, y nuestro paisito en particular.
La propuesta en cuestión
Por eso hablamos que urge caminar de la Memoria al Poder y no de la memoria a la amnesia, o de la memoria a las lágrimas negras.
Por eso proponemos la unidad necesaria de las izquierdas y los populares, como condición para honrar la victoria antes de llegar a viejos.
Y por eso, se nos ocurrió –entre otras infinitas ideas y delirios- que sería bueno resignificar el 11 de septiembre. Darle sentidos nuevos, actualizar sus potencias, volverlo material de futuro.
Entonces, ¿qué mejor para cultivar la memoria de los nuestr@s que subvertir la tradicional marcha que conmemora la caída del gobierno popular y, en vez de caminar fúnebremente desde el centro de Santiago hasta el Memorial del Cementerio General (puesto allí por los poderosos y no por los de abajo), ahora inauguremos una nueva tradición, marchando desde el Memorial hasta la Plaza de la Constitución, corazón cívico de la patria que nos tocó por suelo y fortuna?
Y, entonces, que en la Plaza de la Constitución no se haga un solito discurso, sino que sobre los andamios populares instalados para la ocasión, organizamos democráticamente nuestras diversas voces políticas y sociales, cuyas propuestas reunidas puedan formar el puzzle inteligente y unitario de una alternativa nueva para los Más.
Es decir, primero honramos a nuestros caídos, y luego los llevamos con nosotros hasta el centro de la capital para que también puedan ver y escuchar las propuestas nuevas y muy socialistas que se nos ocurren para enfrentar al capitalismo de hoy y construir lo antes posible la patria de tod@s.
De este modo, nos da la impresión, entregaríamos señales potentes de que queremos a los pobres, a los trabajadores, a los Más, en el poder.
Para que se realice esta idea tenemos que ser extraordinariamente generosos, imaginativos, inteligentes y amorosos. En la Plaza de la Constitución tienen que dirigirse al Pueblo no sólo los de siempre –que nadie discute su lucha larga-, sino también los que aparecen recién y l@s pinguin@s, y l@s trabajador@s, y l@s mapuche y las mujeres y l@s sin nada. Quizás reuniendo dialécticamente (no faltaba más, compañer@s) las voces distintas y bien afinadas de las izquierdas y los populares, y demos un coro alegre, con vocación de poder y pinta de esperanza.
Ahí mismo, en el acto central, aprovechamos la concentración más numerosa del calendario zurdo para emplazar a los poderosos, lanzar horizontes de lucha, nos hacemos más amig@s , y afinamos en patota la puntería contra los que nos quieren cabeza agacha y llenos de miedo siempre.
Al fin, l@s invitamos a subvertir el orden rutinario de la marcha al cementerio. L@s invitamos a fundar otras maneras y contenidos, y así,entre otras cosas, reanimamos a los populares.
Es la hora del relevo histórico, de la vuelta de tuerca, de subvertir los modos y volver a ser alternativa para y desde los Más, los pobres, l@s trabajador@s.
Es la hora exacta de marchar de la Memoria al Poder.
Andrés Figueroa es periodista y dirigente de UNIR (Unidad Necesaria de las Izquierdas) que agrupa a los colectivos: Movimiento Generación 80, Oveja Negra e Izquierda XXI.
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