2009-03-28 5996 lecturas
Arturo Alejandro Muñoz
especial para G80
Un nuevo 'Naranjazo' pero ahora con piñas
El año 1964, en una elección complementaria en Curicó, la izquierda triunfó ampliamente con su candidato Oscar Naranjo, lo que llevó a la derecha a retirar su postulante a La Moneda y apoyar a Frei Montalva. Hoy, es un ‘Boticazo’ el que tiene por las cuerdas a la derecha a y a su candidato favorito del frutero capitalista: Piñera.
LA COLUSION DELICTUAL de las tres principales cadenas farmacéuticas chilenas dejó una estela de ilícitos de tal tamaño que es posible hablar del tema calificándolo de ‘mafia’, ‘cartel’ o usando cualquier otro epíteto similar.
Es de tan enorme y negativa relevancia la asociación criminal establecida por esas cadenas de farmacias, que el propio gobierno calificó el hecho tildándolo de “cartel” (al estilo de aquellos agrupaciones del narco existentes en Cali, Medellín, Sinaloa o Ciudad Juárez). Como un verdadero resorte accionado por mano mágica, el 100% de la clase política salió de inmediato rasgando vestiduras para atacar con dureza este tipo de asociación que, no obstante el escándalo –el justo escándalo- alimentado por la prensa en general y por el establishment en particular, es solamente una muestra de la imponente estructura delictiva que existe en el escenario empresarial chileno gracias a la aplicación de un capitalismo tan salvaje que ni siquiera es posible encontrar en la tierra que lo parió, vale decir, en Inglaterra y en EEUU.
Políticamente, hay un damnificado mayor en este avatar. Se trata del candidato a la Presidencia de la República, el empresario derechista Sebastián Piñera. A estas alturas del debate y de la información, le resulta imposible deshacerse de responsabilidades en la aplicación cruel de las reglas ultra capitalistas del juego económico de las poderosas empresas y consorcios transnacionales.
Sabe –Piñera- que renunciar aunque fuese parcial y temporalmente a la participación y conducción de sus negocios, puede significarle pérdidas económicas cuantiosas, las que ninguna presidencia de la república podría resarcir (a menos, claro, que ocupase ese cargo como trampolín para incrementar su fortuna). Sería, de todas maneras, una apuesta arriesgada; por ello el candidato aliancista se hace el sordo y no renuncia a su participación en empresas de claro corte expoliador, como es el lote de acciones que posee en FASA (Farmacias Ahumada Sociedad Anónima).
En un año electoral como es este 2009, lo acaecido con el ilícito de las tres cadenas de farmacias viene a significar un verdadero y renovado ‘naranjazo’ para la derecha. Sin naranjas esta vez, pero con piñas. O mejor dicho, sin un doctor Oscar Naranjo, pero sí con un empresario Sebastián Piñera. En esta ocasión, el candidato derechista no podrá zafarse de ciertas capas molestas que componen su ropero habitual, como lo ha intentado en ocasiones anteriores con eventos diferentes en la forma, aunque no en el fondo.
El claro, sucio e ilegal negociado de las cadenas farmacéuticas –que denunció la Fiscalía Nacional Económica- permitió a esas empresas obtener ganancias superiores a los cien millones de dólares. Los políticos de todas las tendencias rechazan este criminal suceso, también lo ha hecho el propio Piñera, quien manifiesta su absoluta inocencia en el intríngulis capitalista pues, asegura, su único ‘pecado’ habría sido adquirir acciones de FASA, cuestión que –dice- “ni él mismo sabía ya que sus equipos gerenciales son los encargados de administrar parte de su dinero en este tipo de inversiones”.
Pero, ¿el candidato derechista devolverá al Fisco, o a los usuarios estafados, aquellos quinientos mil dólares extras que ganaron sus acciones en FASA gracias a la colusión gansteril de las cadenas ya citadas? A este respecto, don Sebastián nada ha dicho…y la Alianza tampoco.
Menos aún se han referido a las opiniones emanadas del Fiscal Nacional Económico quien manifestó que le parecía “adecuada” la multa de un millón de dólares a la cadena de Farmacias Ahumada…”¿adecuada?”. Dios nos libre de tamañas declaraciones explicitadas desde la precariedad de esa Fiscalía, pues entonces los organismos oficiales, las ‘instituciones que funcionan’ no sólo están avalando los ilícitos empresariales, sino que los están incluso proponiendo: “colúdanse los grupos de empresas, actúen como un verdadero ’’cartel’ y ganen 100 millones de dólares, pues serán multados –si es que los descubren- solamente con el 01% de esa cantidad”. Negocio redondo, pingüe y ‘oficial’, señor Fiscal.
En otras naciones, en países más civilizados pese a ser ultra capitalistas, acciones como las relatadas terminan con multas gigantescas (superiores, en un caso como el ocurrido en Chile, a las ganancias obtenidas mediante el ilícito) y, además, con el retiro de las patentes y licencias comerciales así como el enjuiciamiento y encarcelación de los gerentes.
Es por ello que se habla hoy del ‘Boticazo’, pues la derecha ha quedado sin coberturas ni defensa ya que hace algunos años la Alianza por Chile, en el Congreso Nacional, cumpliendo las órdenes e indicaciones de sus líderes principales (Sebastián Piñera entre ellos), votó en contra del aumento de sanciones a las empresas que incumpliesen las layes, lo que se tradujo finalmente en dotar de exiguas atribuciones a la Fiscalía Nacional Económica, cuyo jefe máximo hoy dice estar satisfecho con la multa aplicada al ‘cartel’ de las farmacias.
Como en Chile el horno legal no está para cocinar pancitos jurídicos y a los grandes tiburones empresariales y financieros la legislación vigente los ha dejado fuera de su ámbito, la ciudadanía deberá usar entonces el único resorte que tiene a mano: el lápiz que el Presidente de Mesa -o el Secretario de la misma- le pasa al momento de dirigirse a la cámara secreta para emitir su sufragio. Arturo Alejandro Muñoz
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