2013-04-25 1567 lecturas
Teresa Valdés E.
especial para G80
EDITORIAL Abril del 2013 Observatorio Género y Equidad
Un tiempo de democracia es el que vive el país, más activo que otros años, en que los partidos y conglomerados políticos negocian para alcanzar acuerdos que encanten a una ciudadanía cada día más crítica, incluso escéptica, de la institucionalidad política como un entramado de resolver sus problemas y atender sus necesidades. Es el momento de la prueba democrática.
¿Serán capaces los partidos políticos de oposición de representar los anhelos de los distintos actores y sectores sociales? ¿En qué medida el temor a perder escaños parlamentarios los llevarán a reproducir las peores prácticas cupulares y clientelares? ¿Podrán las recién estrenadas elecciones primarias reparar lo que los partidos no han logrado en años? ¿Pasarán los partidos, del discurso progresista a la acción progresista?
Es inevitable una cuota significativa de escepticismo. Las candidaturas que se perfilan son, en una mayoría abrumadora, más de lo mismo, tanto en el bloque de gobierno como de oposición. Las plantillas de candidaturas parlamentarias, que se cerrarán el día 30 de abril próximo, darán cuenta de cuánto creen en la democracia los partidos.
Escuchar es un ejercicio que se ha practicado poco en las últimas décadas en los partidos en general, más allá de los discursos políticamente correctos. Hasta ahora, el debate ha sido casi inexistente y realizado principalmente entre cuatro paredes, muchas veces a partir de los medios de comunicación, sobre la base de enunciados antes que de análisis.
¿Dónde hablan los movimientos sociales? ¿Hablan todos o la prensa acoge sólo a aquellos que le pueden dar un dividendo político y económico? ¿Han construido los partidos los puentes necesarios para debatir y dialogar con ellos?
Lo ocurrido en la Sala del Senado -votación frente a acusación constitucional al Ministro de Educación- puede interpretarse como una ventana importante y nueva forma de relacionamiento en la escucha al movimiento estudiantil, pero insuficiente si consideramos que esta no se reproduce con todos y todas quienes se movilizan por vivir una vida más digna. Por ejemplo, a pesar de las múltiples acciones que las organizaciones de mujeres han llevado a cabo, con diversas demandas y propuestas, estas o bien no son consideradas, o no son discutidas legislativamente como el aborto terapéutico en el Senado.
En este contexto, el horizonte es poco auspicioso. Por eso, en este Boletín, el Observatorio de Género y Equidad pone a disposición de la ciudadanía las propuestas programáticas de distintas organizaciones y redes sociales. Se trata de identificar las agendas y promover la confrontación de ideas, un ejercicio que anhela la ciudadanía. Invitamos a leer y a debatir, por cuanto la participación en las elecciones presidencial y parlamentaria, en el contexto del voto voluntario, constituyen un desafío, y revelarán en qué medida los partidos traducen la demanda social en una demanda política para lograr la construcción de un orden más justo, igualitario y no distrimintario.
Teresa Valdés E. Coordinadora www.observatoriogeneroyequidad.cl
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