2012-04-05 2185 lecturas
Rossana Cárcamo
Falleció en Paris Lise London
EL BRIGADISTA INTERNACIONAL QUE CANTABA BÉSAME MUCHO
El 31 de marzo de este año falleció en Paris, a los 96 años, Lise London, última sobreviviente en Francia, de las Brigadas Internacionales. Miles de hombres y mujeres de todo el mundo ofrecieron su juventud, su valor, y hasta sus vidas para enfrentarse a Franco, en la Guerra Civil Española. Hicieron de la libertad y de la solidaridad casi un apostolado y su ejemplo ha traspasado las generaciones, los idiomas y los conflictos bélicos, desde entonces.
La muerte de la señora London, me hizo acordar que hace siete años, en Amberes, conocí a un miembro de las Brigadas Internacionales: polaco de nacimiento, a los veinte años de edad, su consciencia política lo condujo a España a defender las ideas libertarias de los republicanos. Sin una cuota de amargura o de derrota, me decía que, si volviera a nacer, haría lo mismo. Con una voz dulce, de abuelo tierno, me explicaba emocionado: nunca hay que claudicar frente al opresor, ellos no vencerán, han ganado batallas, pero la victoria será del pueblo.
A los 85 años, luego de un accidente de tráfico, llegó al hospital donde yo trabajaba. Tuvieron que amputarle la pierna derecha. Su recuperación fue prodigiosa porque él quería vivir; no pretendía quedarse postrado en una cama, esperando a morir. Si la muerte no me llevó en España o durante la Segunda Guerra Mundial, no creo que se interese ahora por un viejo como yo. No pienso darle ese gusto, me comentaba sonriendo.
Cada mañana, mientras le hacía las curaciones, sus ojos azules brillaban apasionados cuando intercambiábamos ideas políticas y de actualidad. Estaba al tanto de lo que sucedía en Bélgica y en el resto del mundo. Me preguntaba con interés, cómo había vivido yo la dictadura de Pinochet y cómo era la vida en Chile después de eso. A su vez, le interrogaba sobre sus compañeros, sobre sus experiencias en el frente y en los años de la dominación nazi. Los recuerdos -en cámara lenta- iban hilvanando frases, anécdotas y presagios. El hambre y el frío son buenos aliados de la soledad, por eso hay que combatirlos con unidad, con inteligencia. Escucharlo hablar me hacía ser partícipe de una gesta heroica…, me volvía responsable de ese preciado legado que es la reconstrucción de la Memoria.
Un día gris, de estos típicos cielos belgas, lo encontré mirando por la ventana los tejados de la ciudad y, al saludarlo, intuí que venía de un lejano viaje. Con una sonrisa pícara hizo un comentario sobre mi peinado y agregó: yo tenía mucho pelo, así como usted, pero ahora me cuido la cabeza, y luego se rió como un niño travieso. Bajo su boina, raída por el uso y por el tiempo, se escondía su escuálida y encanecida cabellera. No obstante, su cabeza conservaba intactos todos los detalles de una existencia de lucha y de sacrificios.
También, con algo de orgullo, me demostraba lo fuerte que sentía sus brazos aún, porque como no quería depender de nadie y menos molestar, se las ingeniaba para desplazarse de la cama a la silla de ruedas, con mucha agilidad. Entre tanto, le insistía que tuviese cuidado, que nosotras estábamos ahí para ayudarlo. Sin embargo, él prefería conservar su independencia.
Al regresar de su terapia de rehabilitación, antes de almorzar, siempre me cantaba “Bésame, bésame mucho…”, y se disculpaba con cierta coquetería, por no poder bailar conmigo ese hermoso bolero.
No tengo dudas. Sigue vivo. Seguramente continúa pendiente de las noticias y entrega su saber, su coraje y su historia a quienes hoy lo acompañan.
Rossana Cárcamo 5 de abril de 2012 Bélgica
Comenta con ayuda de Facebook(*) (Habilitado el 11 de diciembre del 2009):
¡OJO! Se puede comentar escribiendo un mail (no se muestra es solo para validacin) o con cuenta de Facebook.
(*)Algunas versiones de Internet Explorer bloquean esta herramienta social, sugerimos navegar con Firefox, Safari, Opera, Chrome u otro navegador web para hacer y leer los comentarios |
|